El anuncio del entrenador barcelonista, Pep Guardiola, de que pensaba reservar a Messi en el amistoso de este miércoles en Corea fue un balde de agua fría para los organizadores del partido. Tal es así, que algunas fuentes apuntan a que éstos decidieron mantener una reunión con los representantes del FC Barcelona con la amenaza de suspender el choque si el argentino no jugaba.
La cumbre se realizó de madrugada y acabó a altas horas. Al parecer, el principal problema es que la televisión coreana era uno de los patrocinadores de este partido y no pensaba transmitirlo si Messi no era alineado.
Al final, los organizadores llegaron a un acuerdo con los representantes del FC Barcelona y, en función a la respuesta de Messi en el entrenamiento previo al partido, el argentino disputaría unos minutos del mismo, con lo que se satisfaría a los organizadores y a los aficionados coreanos que se han volcado con la visita del Barça al país asiático.
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